17.5.09

Boletos de vuelta.

Compraron boletos de ida para un mismo avión, ya que no necesitarían vuelta. Y confiaron una en la otra, pensando que jamas se separarían. El avión las llevo lejos, traspaso fronteras, lineas invisibles pero existentes. Cuando se quisieron dar cuenta estaban lo mas lejos de casa de lo que habían estado en sus vidas, pero no estaban solas. Eso les dio confianza, y dieron rienda suelta a su renovada libertad. Corrieron, saltaron, volaron, gritaron, fueron felices, pero pronto se percataron de que, mientras una corría, la otra saltaba, y cuando una quería silencio, la otra gritaba. Resulto ser que esa libertad, también les trajo egoísmo, porque ya no podían ceder. Ninguna quería perder si quiera un ápice de su alocada independencia, y forzaban mas y mas, los lazos que las unían. Sus realidades chocaban, y durante algún tiempo todo fue de mal en peor. Sin embargo, algo muy dentro de ellas, no les permitia alejarse. Eso que les hablaba, y les gritaba por dentro, eran los recuerdos, y, aunque no es bueno, ni saludable vivir de las memorias, no hay que olvidarlas porque traen, desde otros tiempos, verdades que perdemos en el camino. Esos recuerdos dejados atrás en la búsqueda del ser uno mismo, les mostraron momentos pasados, historias alejadas en tiempo pero no en verdad, les mostraron risas, llantos. Las acercaron a sus esencias, que no estaban muy alejadas la una de la otra. Juntas no estaban solas, juntas nada era demasiado, juntas no importaba lo que pase, juntas podían con todo, juntas brillaban mas, juntas se burlaban de la tristeza. Juntas era mejor.

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