22.5.10

Rodolfo escucha...



Rodolfo, sé quien sos y aún sigues siendo. Escucho tu voz,sabia y concreta, en tu carta final. Aquella fue, sin quererlo, tu despedida. Dejaste un adiós entre las lineas de tu protesta, despertando a la lucha dormida. Rodolfo estas vivo, y aún sigues luchando. Conozco tu obra y creo en tus ilusiones. Seguimos aquí, y tu estas llorando. Se oyen tus lamentos, lágrimas del tiempo, y se pierden tus enseñanzas, mientras a tus letras se las lleva el viento. Rodolfo, no escuches lo que dicen los necios, voces vacías, sin sentimiento. Ridículas las frases con las que hacen banderas, se encolumnan detrás de embustes, y son los dueños de la verdad. ¿Quien los puede contradecir Rodolfo, si viven instalando mentiras alrededor? Si pudieran verte. Ay! Rodolfo, escucha a los cantores que vienen marchando del monte. Quieren ser oídos, pero no son si quiera vistos. "Sólo quieren opacar", dicen algunos. Mentira, Rodolfo no les creas, no los escuches, no a ellos, no a los necios. Rodolfo escucha las voces que no valen por lo que aparentan. Escucha a quienes gritan en silencio, a los que están mudos para los medios. Rodolfo escucha a quienes son hoy como tu hace tiempo. Sigues siendo el mismo de ayer, y sigues estando, aunque hayan querido desaparecerte. Sigues escribiendo, Rodolfo, aunque te hayan intentado borrar. Y, sigues gritando, Rodolfo, pues sabes que a las ideas no se las mata como al cuerpo.



11.5.10

Como el amor se juega, y con el amor no se juega.

Un punto en el espacio, solo. Único, aquel punto. Un territorio demasiado amplio para semejante soledad. Vasto imperio de nunca acabar para asimilar la inútil presencia de un ser condenado al individualismo. Pero no quería su destino. Busco en otros ambientes cambiar sus estrellas. Busco no ser un punto condenado: deseaba manejarse en su infinita libertad acompañado. Que ironía, busco juntar su soledad con la de alguien mas. Busco acompañar las miserias. Sin darse cuenta quería cambiar las palabras: miserias por alegrías. Y el punto se movió lentamente hacia un costado, pero no encontró mas que vació. Se movió, entonces, al otro lado, y solo había un precipicio. Caminos que no conducían a nada, se dijo. Pero siguió porque no tenia mas que perder. Y finalmente logro lo que era mas que un deseo, algo que era casi una necesidad. El punto necesitaba un contacto, algún tipo de vinculo con algo mas que el mismo porque dentro de si mismo explotaba. Y no sabia hablar, porque no tenia quien lo escuche. Y no sabia escuchar tampoco, porque nadie hacia ruidos. Y no sabia amar, porque no había a quien querer. Se sentía vació. Era tan solo un punto. Pero ahora había descubierto algo que no conocía. Había trazado un alinea en su largo recorrido y, en la lejanía vio otra linea, que no salia de el. Una linea que se alejaba pero no se conectaba con el mismo: había otro punto. Aquel nuevo punto estaba lejos, era extraño, era desconocido, era peligroso, pero estaba. Había alguien como el en el otro extremo de la linea que vagaba por el universo buscando algún contacto. Eso lo esperanzo y comienzo una nueva historia.

Ven a dormir conmigo: no haremos el amor, él nos hará


9.5.10

Canciones, vida mia, solo canciones.

Desarraigo, vida mía, desarraigo.
Repetido miles de veces, es mejor.
Entendido alguna vez, para variar.
Lo que me dolía, hoy me hace volar.
De a ratos, un sentimiento extraño, de confusa libertad.
Algo que no estaba y ahora esta.
Algo que se fue, ya no me hace llorar.
Sonrió sola, por lo bajo y la escondo.
Y me escondo de mi misma.
Puedo ser muy loca, puedo estar muy loca.
Redención, vida mía, redención.
Complejidad es mi linea.
Sigo tranquila, como si nada, como si fuera otra.
Continua igual la vida mía, continua igual.
Levemente bien, sutilmente mejor.
Ayer mejor, ayer peor.
Hay muchos ayeres, hay distintos pasados.
Punto y aparte para ellos.
Sin tachar, que no hay mejor manera de olvidar
que seguir escribiendo sin borrar.
Papel en blanco no voy a tener nunca mas.
Ha corrido tinta por mi hoja, no hay quien lo pueda negar.
Desarraigo, vida mía, desarraigo.
Repetido una vez mas para fijar.
Entendido al fin?, quien lo sabrá.
Lo que me dolía ha quedado atrás.
Ayer quedo por fin atrás.
Por lo menos por el ahora que me toca transitar.
Dentro de unas horas no se que pasara.
Por ahora: adiós, vida vieja, no te extraño mas.

1.5.10

El reloj de bolsillo

Verás como corre la arena por entre tus dedos; y eso sólo representará un segundo en tu tiempo. Verás como se desarman las nubes en el cielo; y eso sólo pasará en un minuto para ti. Verás como las mariposas nacen, crecen, y mueren; y eso sólo será un día para ti. Verás como las hojas de los árboles cambian de color y se caen; y eso sólo significará una estación más. Verás como un sonrisa se transforma en mueca y luego en llanto; y eso sólo se convertirá en un ciclo común. Jamas te pondrás a pensar en estos maravillosos momentos, porque no se llevan mas que un corto lapso en tu camino, pero un día, sin motivos aparentes, sin planearlo, te descubrirás calculando cuantas mariposas has visto morir, cuantas estaciones pasaron por tu cara, cuantas nubes se armaron sobre ti, cuantos granos de arena corrieron por tu camino, calcularás cuantas risas y cuantos llantos hubo. Repentinamente entenderás la naturaleza del tiempo, no sabrás como llegaste a tal revelación, y no importará la forma, sino el contenido. Te encontrarás, entonces, desbordado por la verdad, por la tristeza de no haberlo entendido antes, por la alegría de saberlo al fin. Querrás explicárselo a todos, a tus queridos, a tus vecinos, a tus amantes de turno, a tus amores olvidados, a tus desamores del pasado, a tus amigos de la infancia, a tus viejos que nunca lo supieron, a tus hijos y a los suyos. Querrás que nadie se prive de vivir este soplo del viento que es la vida. Pero nadie te escuchará hasta que este listo para entenderlo. Querrás regresar el tiempo, tan solo un poquito, para disfrutarlo un poco mas. Gritarás y odiarás al más allá, al más acá, a los cielos, a los evangelios, a aquel Dios en el que todos creen y al que lo miras con recelo. Estarás enojada por no haberlo sabido antes, por no haber podido aprovechar de la sabiduría todo el camino. Y, al fin, una ráfaga de redención te despeinará el cabello: todavía hay tiempo, siempre hay tiempo.