20.2.11

Madrugada del 7 de diciembre de 1921

"(...)Sois obreros, sois trabajadores, a seguir con la huelga, a triunfar definitivamente para conformar una nueva sociedad donde no haya pobres ni ricos, donde no haya armas, donde no haya uniformes ni uniformados, donde haya alegría, respeto por el ser humano, donde nadie tenga que arrodillarse ante ninguna sotana ni ante ningún mandón."

Antonio Soto.

12.2.11

Tu risa me hace libre, me pone alas.
Soledades me quita, carcel me arranca.
Boca que vuela, corazon que en tus labios
relampaguea #

10.2.11

Los nadie.


Sueñan las pulgas con comprarse un perro, y sueñan los nadies con salir de pobres, que algun magico dia llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cantaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca. Ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte por mucho que los nadies la llamen. Aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadie: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadie: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos.
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino superticiones.
Que no hacen arte sino artesania.
Que no practican cultura, sino folcklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino numero.
Que no figuaran en la historia universal, sino en la cronica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.


Eduardo Galeano.

6.2.11

Si todos juntos tomamos la idea:
que la libertad no es una pelela
Se cambiarian todos los papeles,
y estarian vacios muchos mas cuarteles.

5.2.11

Zelig

En la mas sencilla de las formas de vida, Zelig se siente referente. Sostiene que el anonimato es una barrera protectora, y lucha por no resaltar del resto. Esta convencido que la mediocridad es la seguridad para el sensato, y sigue sin preguntas, razones u objeciones las decisiones de la manada.
Pero no es su culpa, simplemente fue educado por padres conformistas, que le inculcaron el vació mental con objeto de resguardarlo de los peligros que genera el exceso de pensamientos. Pero tampoco es culpa de ellos, son nada mas que el reflejo de un modelo perverso, pensado por quienes asaltaron las ideas, condenaron los libros y desaparecieron generaciones.
Así es como los padres de Zelig, lo condujeron al centro del mundo y lo mimetizaron con su entorno. Y, así fue, como sucedió que se convirtió en una minúscula y absurda parte de un nada disfrazado de todo.
Y, dentro de aquel vació hipócrita, juzga y observa con odio a todos aquellos que levantan la cabeza. En ese, su mundo, se siente cómodo, aceptablemente equilibrado, y sustenta con orgullo su estante de trofeos vacíos, pues el entiende que no destacarse es su mayor logro.
Está irremediablemente atado a su vida, no conoce conceptos como felicidad o amor, y considera que palabras tales como orgullo, honor, o libertad deberían desterrarse del vocabulario global , así como los significados que encarnan.

Lo prometido.

Me gustan las palabras, tus palabras que me despertaron. Me gustan tus ojos, que me miraron diferente, me miraron como quiero ser mirada, y son los culpables del vicio de mis ojos, de extrañarlos, de anhelar los. Me gusta tu sonrisa que contagia la mía, y la vuelve reflejo.
Me gusta tener la intriga de no saber nada de vos, y así mismo, me gusta la maravillosa necesidad de conocerlo todo. Me gusta la sensacion de alegría que me provocan siempre tus abrazos. Me gustan tus intentos de pelearme, tu obsesión por morderme, tus cosquillas en el cuello, tus besos en el oído, que me dejan sorda y me ponen la piel de gallina.
Me gusta tener razones, ganas e inspiración, para escribir, me gusta poder dedicártelo, y sobre todo, me gusta saber que vas a estar del otro lado leyéndolo.
Me gusta poder decirte con toda seguridad, alegría, y sin vergüenza, que me gustas vos y nadie mas. Me gusta lo cómoda que me siento al decirte que te quiero.

La cancion sigue siendo la misma.

El inconmensurable poder del ritmo secreto de las palabras, que nacen en la cabeza, rodeadas de pensamientos y recuerdos; y que brotan en el cuerpo, fluyendo con rapidez hasta el pulso de mis manos que las plasman. Luego el reflejo de ellas en los ojos que las buscaron por tanto tiempo, y ahora las encontraron. Esos ojos -los nuestros- posesivos, luminosos y vibrantes, que hablan en silencio, que sellan despedidas sin sentido.
Esas palabras generadoras de ausencias significativas, ausencias del sonido, pausas en la composición.
Y mientras tanto, las canciones siguen su curso; no para el rasgueo de la guitarra; se emociona la voz del cantor; el bajo continua marcando el pulso; pero hay un tambor diferente, aun dentro de la misma melodía : las palabras son las mismas, la canción sigue siendo la misma.
El publico escucha emocionado las palabras que rasgan el aire, la melodía que corta la reparación... Y, no hay mas nada que se pueda hacer, mas que abrazarse a la idea de la belleza, aveces perturbadora, de aquellos que describen los sentimientos, mezclando letras y separando momentos.