5.2.11

La cancion sigue siendo la misma.

El inconmensurable poder del ritmo secreto de las palabras, que nacen en la cabeza, rodeadas de pensamientos y recuerdos; y que brotan en el cuerpo, fluyendo con rapidez hasta el pulso de mis manos que las plasman. Luego el reflejo de ellas en los ojos que las buscaron por tanto tiempo, y ahora las encontraron. Esos ojos -los nuestros- posesivos, luminosos y vibrantes, que hablan en silencio, que sellan despedidas sin sentido.
Esas palabras generadoras de ausencias significativas, ausencias del sonido, pausas en la composición.
Y mientras tanto, las canciones siguen su curso; no para el rasgueo de la guitarra; se emociona la voz del cantor; el bajo continua marcando el pulso; pero hay un tambor diferente, aun dentro de la misma melodía : las palabras son las mismas, la canción sigue siendo la misma.
El publico escucha emocionado las palabras que rasgan el aire, la melodía que corta la reparación... Y, no hay mas nada que se pueda hacer, mas que abrazarse a la idea de la belleza, aveces perturbadora, de aquellos que describen los sentimientos, mezclando letras y separando momentos.

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