17.12.08

La melancolia me invadia en todo momento. Pase mucho tiempo envuelta en llanto. Grite muy fuerte. Golpie las paredes de mi habitacion. Me pelie con infinidad de personas que me quisieron ayudar. Me enoje con la vida. Deje de creer en lo sobrenatural. No disfrute de casi la mayoria de los momentos de los que ahora recien me acuerdo con nostalgia. Mi mayor deseo era escaparme de la realidad, salir corriendo de mi vida, gritar en la cara de las personas que me estaban lastimando, culpar a alguien de piel y hueso a alguien fisico de todos mis males.
Recuerdo aquellos dias y me rio para no volver a llorar. Miro por la ventana y veo que no esta lloviendo como en esos momentos, salio el sol en mi calle. En mi calle hay una casa vacia, y es la casa que ocupaba la tristeza. En mi barrio paro de llover. En mi barrio quemamos todos los paraguas en un ataque de locura. Hoy, miro y veo, oigo y entiendo.
La infidelidad, de mis vecinos fue pagada a tiempo y ahora no hay lugar para el rencor. La traición ya no se que significa. El equilibrio justo (que no tengo) dejo de ser un modelo a seguir para mi. Hoy, en mi calle los vecinos se ven y se saludan. Los domingos desean ser lunes.
En mi barrio la verdad no se oculta ni se disfraza.
Se de otros barrios, lejanos, en los que todos los vecinos que se mudaron de aqui se fueron a vivir. Lo lamento por esa calle. Lo lamento por aquellos vecino. Lo lamento aunque se que tarde o temprano se va a vencer el contrato de alquiler de la alegria y la bondad, y volveran los viejos conocidos a atacarnos de nuevo. A nublarnos el camino. Pero en mi barrio, los mismos vecinos que quemaron los paraguas, encendieron candelas a lo largo de mi calle para que nunca se quede a oscura. Se que el día en que los brujos vuelvan, vamos a lamentar, mis vecinos y yo, haber quemado los paraguas, pero por ahora esta bien.

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