26.4.09

Rose

Rose era una persona llena de vida, que caminaba entre las gentes dejando estelas al pasar. Suspiraba, y miraba al cielo con curiosidad, como preguntándole ¿Que es la vida?. Y, yo estoy seguro, que tenia la esperanza de recibir su respuesta. Rose se estremecía enteramente al mas leve contacto de su suave piel, con la de los demás. Su tez se sonrojaba al pensar en la pasión, y sus mejillas se calentaban, conforme sus sensaciones divagaban en otros ámbitos. Ella era la muchacha de la que cualquiera se enamoraría con solo verla. Era el brillo del sol, irradiando en los ojos de quienes la miraban. Rose, jugaba a ser especial, ponía todas sus fuerzas en hacer de cada día una aventura diferente, y jamas repetía sus días.
Las conocí, tuve esa suerte, y, debo decir que nunca la vi llorar. Era tan perfecta como alguien puede llegar a ser, pero era. Su ternura era infinita, y su sonrisa encantadora. Se desenvolvía con total naturalidad en el mundo que la rodeaba. Tenia ese tipo de modales que se espera que tenga una señorita, con una extraña, pero agradable, mezcla de temperamento masculino. y, mas allá de eso, era valiente. Ella extendía sus ideas a quien quisiera oírla, dando razonamientos, y convenciendo a cada receptor. Desplegaba frescura y libertad, era viva, y atenta con quienes lo precisaran. Rose, tenia espinas, pero era la flor mas bella del jardín. Ella era el amor que en mi corazón latía, la sangre que en mis venas fluía, el cariño que mi alma necesitaba, y la compañera
que mi mente esperaba. Rose se marchito, una tarde de julio, después de soportar aquel frío y angustioso invierno. El mas frió de todos. El mas oscuro de cuantos recuerde, el mas triste que me toco atravezar.