18.3.14

En esta carta me abstengo de respuestas

Queridísima Julia:
 He mantenido este soliloquio por demasiado tiempo, tanto que se me estiro hasta transformarse en algo nuevo.  Me asaltan preguntas como siempre: ¿Sera que me reconocerás en el cielo? ¿Recordara tu boca mi nombre? No lo sé, nunca lo sabré, vuelvo a mi monologo.  Julia no quiero olvidarte pero tu omisión me obliga, me empuja a dejar partes de mí atrás, partes de mí que ya se fueron contigo donde quiera que estés. Todavía no atranco mis barcos en ningún puerto  y no apoyo mis pies ni para tomar impulso pero la ausencia es tan intensa que me dobla y a veces hasta me quiebra. ¿Recuerdas aquello de robarte estaciones? Ya se acabó, me atrapaste, pero quédate tranquila Julia mi amor que pronto te devolveré los otoños. Abril me asesino tantas veces, tantas, querida, tantísimas, ya no sé cuántas, pero mayo me despierta y en Junio ya estoy como nuevo.  No es para incomodarte, vos me conoces,  pero se me acumulan tantas dudas en la garganta que apenas puedo tragar, apenas puedo seguir adelante Julia. He reducido tan drásticamente mi vida a tu adoración que dejar de esperarte me puede llegar a matar, sin embargo me rindo a lo inevitable, me rindo a ti nuevamente, y tomo tu huida como un desafío.  Te sigo amando, aun a la distancia, pero ya no puedo esperarte, ya no espero tu vuelta. En esta carta me abstengo de respuestas. Julia, aplaco mis dudas, acallo todo lo que de una forma u otra siempre he querido gritarte, hoy me despido amor mío. Mi llanto ya no te rozara la mejilla, ni mis suspiros te despeinaran los cabellos.
Fue gustoso enfocar mis ojos en ti, y todo mi afán por tu felicidad te seguirá a donde vayas. Adiós amiga infinita.

Lorenzo.

1 comentario: