24.7.11
Horacio Oliveira
La vida es gratis me decías y tomabas prestadas las palabras de Horacio, y con tu tierno robo me convertías a mi en la Maga. Amar es gratis, morir es gratis, enloquecer es gratis. Lo inevitable es gratis. Me dabas ejemplos sobre todo lo que se podía hacer careciendo de dinero: mirar al sol era gratuito, aunque muy difícil; sentir el calor, aunque se tornaba molesto; respirar mi perfume a cigarrillos por las noches también lo era, al igual que dormir, soñar, recordar, despertarse con un beso, mirar nuestras caras a la madrugada, crecer. Sonreír y pensar en: las gotas de lluvia que caen en el pasto mientras nos refugiamos en algún cuarto; en las gotas de transpiración que corren por nuestras espaldas y se escapan, y se van; en las gotitas de llanto que resbalan por las mejillas cuando hablamos del tiempo que como la transpiración se va, se escapa, nos pelea, nos vence, se ríe de nosotros, nos entristece lo cual también es gratis. Lo terrible, y lo hermoso ambos son gratuitos. Agarrarnos de la mano no tiene precio, acostarnos en el pasto de cualquier plaza sin razones y dormirnos tampoco lo tiene, hasta que llegan los de siempre a censurarnos la felicidad, y no queda mas remedio que putearlos(gratis), gritarles unas cuantas verdades (gratis), y desobedecer (gratis) mientras salimos a correr (gratis) y nos escondemos (gratis). Hacer el amor y cantar imitando a los pájaros, es gratis y maravilloso, concluías siempre, y ahí es cuando yo te creía, creía cada palabra anterior con una fidelidad de loca enamorada y un razonamiento científico. Entonces un beso desbordado (gratuito), un deleite de miradas (gratuitas), dos risas alocadas (gratuitas) y una lágrima pequeña (gratis) que nos devuelve al mundo.
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¡Por suerte, Blogger tambien es gratis, y uno puede leer estas cosas!
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