11.4.10
Y
Y, fue entonces, cuando los días se estiraron hasta deformarse a sí mismos, que comprendí lo asustada que estaba, encontrándome sola en el medio de una oscura noche que parecía jamas acabar. Y, así fue, mientras silbaba por lo bajo, que me resigne a perder cada atadura del pasado para mirar al frente con los ojos abiertos y la mirada anhelante. Y, el futuro, pronto a llegar, se encontraba confrontando con el presente que no lo dejaba pasar, y el pasado caprichoso que se rehusaba a partir, y seguía insistiendo persistente en ganar la partida. Y, en la soledad del tiempo, me dormí con la ilusión en el cuerpo, con el dolor muy adentro. Despertando esperaba encontrar la parte que me fue robada, desde lo mas profundo de los recuerdos, olvidando el cruel destino construido con las manos de quien fuera mi reflejo en el espejo. Y, con los sueños que arroje al viento me tejí un abrigo para el frío invierno, a prueba de flechas enamoradas, cuidado de besos insistentes, con hilos de seda finos, con fragancias dulces para llevarme a la primavera, el regreso del sol, y el nacimiento de lo nuevo. Y, las flores me distraen la mirada, me estimulan los oídos susurrando secretos que me hacen sonreír sutilmente para alegrarlas, solamente.
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