Un largo y sinuoso recorrido desde aquel ultimo adiós, hasta esta grandiosa bienvenida. Estaciones que se fueron, el sol que se fundía con la arena, las hojas color sepia en el piso, el gris frió, las flores que pintaban los atardeceres, y de nuevo el sol que se fundía... Y, así pasaban mis días, mirando los cambios que aquí ocurrían sin encontrarle un sentido a tal movimiento, sin prestarle atención al tiempo. Y, así me fui sometiendo al ataque de los momentos, con la guardia baja, con el corazón abierto, con la mente cerrada, con mis propios brazos abrazándome, pues no había mas que eso. Eso era lo que dejaba, lo que me abandonaba, lo que había perdido. Sin querer pensar en eso me fui estancando en un intento pero no resultaba. Me lastimaban los sonidos, me abrumaban los recuerdo, me entristecían los silencios, y no había mucho mas. Las melodías conocidas se fueron alejando de mi vida ya que traían el pasado al presente, ya que desenpolvaban las memorias, pero el baúl ya lo había cerrado y no había mirado atrás; me había ido sin saludar, sin el ultimo beso, sin dejar de llorar; El adiós era definitivo aunque claro no estaba, y así fue. Con el paso del tiempo se fue impregnando muy adentro el aprendizaje, lo mas útil que se podía rescatar de lo poco que quedaba en pie aun.
Mirando atrás seguro encontrare caras conocidas sonriendome, saludándome, felicitándome; veré como nada era tan grave y las heridas se curan con el tiempo.
Hoy, el baile que me regalan tus caricias, el sueño largo de tus besos, la fragancia secreta que escondes, tus nuevas ideas para sentir, las emociones que provocan tus sonrisas, son la seguridad de estar en el lugar correcto, de pertenecer a estos momentos, de suplantar las memorias hostiles por los nuevos recuerdos, esos que en el futuro tal vez se conviertan en lo mismo de antes ¡quien sabe! La vida es un gran circulo perverso. ¡Que maravilla!
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