Llenare mis bolsillos de palabras y de letras. De las grandes y de las largas; las pequeñas serán las menos, pero serán las mas bellas. Las mentiras y las miserias quedaran afuera. Juntare palabras sobre los arboles, entre las ramas, dentro del tronco, bajo sus raíces. Buscare letras sueltas volando en el cielo, en las alas de un libre, en las manos de un poeta. Armare con ellas castillos de naipes, cuentos para infantes... Amare mil amantes entre sus lineas. Cambiare el orden y serán diferentes conforme yo cambie. Cuando mis bolsillos rebalsen estaré satisfecha, volveré con canciones todas hechas desde mis pantalones. Saltaran de mis ropajes las palabras ansiosas por ser usadas, sedientas del poder del decir. Inquietas las letras no se quedaran afuera; aunque estén sueltas, buscaran mezclarse para ser nuevas con sus compañeras. Palabras como espejos, palabras cual reflejos.Mis palabras como el viento, mil palabras son del tiempo. Y, se dejan llevar las locas ¡Que graciosas! ellas solas.
A mi orden se formaran como una coreografía armada. Hablarán por si solas, dejaran los sonidos atrás. Tanto sera así que me habré librado de la obligación de escuchar mi voz. Silencios que hablan son los escritos; silencios maravillosos que hablan sin hablar: son mis bolsillos que dicen sin gritar. Palabras como espejos, palabras mis reflejos. Brillantes, fugaces, alegres serán las historias. Mis amantes transitorias, mis amigas ocasionales, mis adoradas creaciones. Escritos que perduran, letras que persisten libres como el tiempo.
Se abren mis bolsillos, ellas saben que deben volver adentro; me miran anhelantes, pero soy implacables. Haciendo un sutil movimiento comprenden y vuelven, se guardan. Juntas mis palabras esperan salir y conquistar cada hoja, para retomar su ritmo de locas revoltosas.
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