Viernes trece de noviembre:
Hace tiempo que deje de ser yo misma, me miro en el espejo y no me encuentro en el reflejo. La imagen que me devuelve no es la que mi cabeza forma de lo que soy, o me imagino ser. Abandone con orgullo el estado tacito que llevaba, y hoy, aunque un poco menos alegre, vivo; por fin, vivo!. Pero he pagado un precio muy caro por este nuevo mundo, tal es el punto, que pense en dejarme caer y dejar de pelear por la causa. Pero no lo hice, y hoy me pregunto si no me habre equivocado.
Sea como fuere, lo que paso ya no se puede cambiar, solo queda mirar para adelante, y encontrar soluciones en la lejania, pero al frente. Porque mientras uno es joven esta bien equivocarse, errar esta aceptado socialmente como parte de la cotidianeidad del adolecente.
La normalidad es ser un caminante errante, por un sendero desierto que se llena de la nada misma, solo de a ratos.
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